lunes, 15 de diciembre de 2014

TIEMPO DE ESPERANZA

No cabe duda que el espíritu de la  Navidad ya ha llegado a Sevilla y seguro que también a sus hogares. El inicio de Diciembre es el pistoletazo de salida de esta fiesta en la que celebramos el Nacimiento de Cristo. Y basta con salir a dar un paseo para poder contemplar y disfrutar la iluminación típica de estas fechas, para hacer cola y visitar los distintos nacimientos o ver los que adornan los escaparates de los comercios, para escuchar por las calles del centro de la ciudad los diferentes coros cantando villancicos y...¿por qué no? para ver el espectáculo del Mapping, que tan buena acogida ha tenido por parte de los sevillanos. 
Indudablemente Diciembre es un mes que imprime una vida especial a la ciudad. Estamos con una alegría distinta.  Nos preparamos para la tradicional cena familiar de Nochebuena, para despedir el viejo año y recibir al nuevo con nuestros mejores deseos y propósitos, incluso para ir comenzando a redactar nuestra carta a Sus Majestades de Oriente.
Pero mucho más allá, éste es el mes que nos ofrece espectáculos únicos como  ver a  La Tuna cantar en la Plaza del Triunfo a la Inmaculada, ver como el Ejercito del Aire rinde honor a su patrona, la virgen de Loreto, o ver como  Sevilla y los sevillanos conmemoramos  una advocación mariana tan hermosa como necesaria en estos tiempos tan complicados y que en nuestra Semana Grande se hace presente desde su Alfa hasta su Omega. Y es que diciembre es también el mes de la Esperanza. 
La Expectación de María se vive de manera muy intensa en esta ciudad que presume de ser mariana. Y si Sevilla es mariana se podría decir que la advocación de Esperanza es la más notable. Se hace notar desde la calle Pureza llegando hasta Castilla, pasando por toda la Ronda Histórica y finalizando en San Martín. Es como si se inundase de Esperanza, de Norte a Sur y de Este a Oeste. Sevilla es la capital de la Esperanza. Y los sevillanos le rendimos pleitesia a cada imagen que lleva esta advocación. 
Cada Esperanza sevillana baja de su camarin y espera la visita de los sevillanos para que dejen un beso en su mano. Las colas suelen ser inmensas, poco importa el frío, somos muchos los que queremos dejar, junto con nuestro beso, un "gracias" o un "ayúdame". Es como un rito. Los sevillanos van a visitarlas en su día y Ellas nos devuelven esa visita cada Semana Santa. Pero existe una pequeña diferencia entre ambos instantes. Es cierto que ver a la Esperanza procesionar en su paso a los sones de una hermosa marcha  es maravilloso sin duda alguna. Pero ese instante que se vive cuando la ves cara a cara es mágico, a pesar de lo efímero. Ver de cerca a la Esperanza es algo inexplicable. Es algo que hay que sentir. 
Durante el tiempo que se aguarda en la cola se entabla conversación con quienes están a tu alrededor,  así la espera es más amena. A medida que va pasando el tiempo y se avanza empiezas a sentir nervios. Sigues charlando pero, interiormente, conforme uno se va acercando piensa en esas palabras que quieres decirle, en los momentos en los que has vivido o en esa situación en la que requieres su ayuda. Luego llega el momento, ese momento tan indescriptible como emcionante. Cuando por fin estás frente a Ella, la miras a sus ojos y tu mente hace un resumen de todos esos momentos que por un motivo u otro te han marcado. Besas su mano con delicadeza y al marchar siempre le pedimos que no nos abandone. Y no lo hace porque la Esperanza nunca falla. 
Y todo se centra ahí. Lo demás es secundario. Da igual el manto que luzca,  las joyas que la exornen o la cantidad de flores que tenga su altar. Por hermosos o valiosos que sean, la mejor joya son sus ojos, sus manos, es su rostro. Todo lo demás, al lado de Ella, carece de valor. Lo verdaderamente valioso es su nombre. Porque su nombre es el motor que nos hace levantarnos cada mañana, el motor que nos hace pensar que tras un día malo, vendrá otro mejor. ¿Se imaginan esta ciudad sin su Esperanza? Seguro que no. Sevilla y su Esperanza son como dos piezas de un puzzle que encajan a la perfección. 
Sevilla va a vivir el día de la Esperanza. Que ustedes disfruten de su día. 

Carmen Rocío Vázquez.

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